Principios morales entroncados con el cooperativismo animan a la nueva
directiva surgida en 1960, la cual se mantiene con pocas variantes y esporádicas interrupciones de su presidente Don Agustín Arredondo Hortal hasta 1974, cuyo secretario Don Emeterio Ruiz Jiménez, gran entusiasta del cooperativismo, influido, sin duda, por las visitas de personalidades de acción sindical, charlas y cursos de capacitación agrícola que se prodigan es esos años, hacen que sus deseos de dimisión no sean tenidos en cuenta y permanezca como secretario hasta 1975.
En este periodo surge la necesidad de llevar a cabo una transformación radical de la Cooperativa en todos los sentidos, como por ejemplo, la consecución de suministro permanente de electricidad, por tiempo indefinido y con posibilidad de aumento de potencia, adquisición de depósitos para el almacenamiento en bodega y equipo de bombeo para trasiego de aceite, contratación de un ayudante contable debido a la expansión del olivar y aumento de la producción a molturar que oscila ya entre 250.000 y 500.000 Kgr de aceituna por año, a excepción de 1965 que no se abrió la fabrica por falta de producción. El precio del aceite estos años alcanza la cifra de 72 Ptas. kgr. La construcción de una tolva gigante, un silo o trocal para un solo montón, colocación de un torno extractor, batería de pozuelos para decantación, construcción de un almacén para fertilizante, pienso y molino, ampliación de títulos nominativos a 2000 Ptas. creación de dos becas para estudios de hijos de socios, etc. son realidades que se consiguen en este periodo. Al quedar obsoleto el sistema de molturación por sorteo, aunque se mantiene todavía algunos años, además a cada socio se le reconocen tantos números para el mismo y posibilidades como acciones le pertenecen. Poco a poco de imponiendo, con deficiencias, el sistema de montón único con los inconvenientes y protestas que conlleva al no realizarse todavía análisis de aceituna.
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